Tipos de problemas

TIPOS DE PROBLEMAS.

Cuando estamos atravesando un mal momento o tenemos circunstancias que nos producen malestar emocional, puede sucedernos el perder la perspectiva del problema en sí. Cuando esto sucede, podemos focalizarnos de forma errónea en el problema, puede que demos más vueltas de las necesarias y puede que esto nos aleje de una visión tranquila y objetiva de lo que nos está sucediendo. En esos momentos, incluso somos capaces de rememorar antiguos problemas que tenemos pendiente de resolver y nuestra mente entra en un estado de confusión acompañado por un sinfín de malestar emocional añadido.

Como esto son situaciones que seguramente te habrán pasado alguna vez, es importante que empecemos entrenar nuestra mente para ver las cosas con claridad y poder trabajar sobre las mismas desde la calma.

Lo primero que suelo hacer, ante cualquier circunstancia que incomode, genere malestar o se presente de forma imprevista, es tomar unos momentos para detenerme y poder tener en cuenta el tipo de problema del que se trata y qué lugar ocupo en el mismo. En función del lugar que ocupemos en los problemas, podemos hacer una pequeña clasificación de los mismos y de esta forma tendríamos 3 tipos de problemas.

• Los problemas Míos.

• Los problemas Tuyos.

• Los problemas del Planeta: circunstancias por ej climatológicas. Ej lluvia.

En los problemas Míos. Yo soy la actriz principal, es decir, soy la protagonista de la historia. Esto quiere decir que es mi responsabilidad el hacerme cargo de esta situación y gestionarla. Es una situación que vives de forma intensa, pues estamos en primera persona. Somos la persona que tiene la autoridad y los recursos para poder hacer frente a lo que está sucediendo. Ante estas situaciones hemos de tener cuidado, a veces no queremos reconocer nuestro papel protagonista y evitamos la situación o intentamos pasarle la patata caliente a otro para que la gestione. Cuidado con estas prácticas, pues son demasiado habituales y no sólo es porque estemos de forma encubierta delegando la gestión del problema, sino que las repercusiones de estas prácticas van mucho más allá. Pues no hacernos cargo de nuestras responsabilidades conlleva una bajada de autoestima y confianza en nosotros mismos. Quizá en los primeros momentos, no seamos conscientes de ello, pero luego, con el paso del tiempo, nos daremos cuenta de que no fuimos capaces de gestionar dicha situación, lo cual no quitará puntos emocionales y recursos para hacer frente a nuevas situaciones.

Pongamos un ejemplo. Si el médico me recomienda hacer ejercicio y seguir una alimentación saludable por un problema de salud, yo soy la protagonista de la historia. Soy yo quien me tengo que comprometer con mi bienestar y llevar a cabo las recomendaciones del médico. De nada serviría que estas recomendaciones las siguiera mi pareja, no tendría ningún beneficio sobre mi estado y por supuesto no estaría gestionando la situación como corresponde.

En los problemas Tuyos. En este tipo de problemas, yo soy actriz secundaria. Eso quiere decir que no es mi responsabilidad solucionarte el problema, mi lugar o mi rol es secundario, por tanto, puedo ofrecer apoyo y/o escucha, pero no puedo asumir una responsabilidad que no me corresponde, además de que no tengo la autoridad necesaria para poder gestionar el conflicto. Mi nivel de afectación emocional será también más bajo puesto que no soy la actriz principal. Pero cuidado, porque también tenemos la habilidad de apropiarnos y cargarnos con las movidas de otros.

Un ejemplo podría ser que un amigo quiere dejar de fumar y claramente, la responsabilidad y el trabajo para hacer frente a esto es sólo suyo. Yo como mucho podré darle apoyo o escucharle si tiene algún mal momento, pero no está en mis manos solucionar la situación.

En los problemas del Planeta. Aquí hacemos alusión a circunstancias meteorológicas o inclemencias que nos afectan a todos. Ante estas circunstancias, lo que puedo hacer es aceptar y ponerme manos a la obra. Tratar de colaborar en la medida de lo posible aportando mi granito de arena y siendo coherente con ello.

Un ejemplo de esta situación podría ser una gran tormenta en la cual se genera algún destrozo, llueve tierra lo cual ensucia el coche y en estas situaciones no sirve de nada enfadarnos con el planeta, nos toca colaborar y aportar.

Así pues, ante cualquier circunstancia, párate a ver a quién pertenece el problema y, por tanto, qué papel te corresponde asumir. Te aseguro que todo es mucho más sencillo cuando asumes el papel y el rol que de verdad te toca.

Recuerda que todo esto es cuestión de práctica, así pues, ponte a ello y practica el arte de ser y sentirte bien contigo. Si a pesar de poner en marcha estos recursos, no llegas a conseguir tu objetivo, puedes consultar conmigo, Paloma Uriarte González, para hacer una plan individualizado y adaptado a ti.


Paloma Uriarte González.
Psicóloga experta en neuropsicología clínica, diversidad funcional, inteligencia emocional y terapeuta Gestalt.

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